EL MANDALA DE TU ALMA Y DE TU GUÍA PERSONAL - MANDALAS PERSONALIZADOS
Un mandala es un símbolo de totalidad que, a través de las líneas, las formas y los colores que lo componen, conecta nuestra personalidad terrestre con nuestra esencia espiritual, convirtiéndose por ello en un delicadísimo y magnífico instrumento para llegar a las profundidades de nuestra alma y, una vez allí, encontrar en ella cuantos tesoros se han mantenido ocultos hasta el momento presente, proporcionándonos de paso un conocimiento cada vez más amplio sobre lo que en realidad somos, permitiéndonos al mismo tiempo transformarnos, sanarnos y modificar, en lo que sea necesario, nuestra personalidad, nuestra vida y nuestras relaciones con cuanto nos rodea. De modo que, dibujando y pintando mandalas establecemos una conexión profunda y estrecha con la dimensión mística de la Existencia, tanto individual como colectiva.
Partiendo de un punto central, y abriéndose a partir de él hacia el exterior hasta formar el dibujo completo, el mandala nos lleva de viaje desde el interior hasta el exterior de nuestro ser y de nuevo de vuelta a ese interior cuando, una vez lo hemos realizado y pintado por completo, lo observamos con detenimiento, concentración y actitud meditativa, escuchando lo que nos dice sobre nosotros mismos, nuestras posibilidades, nuestros talentos e incluso nuestras heridas, esas que aún están sin curar completamente y que, gracias al mandala, podemos hacer conscientes y sanar.
Si bien los orígenes del mandala se encuentran en la espiritualidad de Oriente, especialmente en el budismo y el hinduismo, poco a poco, estos espléndidos símbolos de la creación se han extendido a otros ámbitos, convirtiéndose así en unos extraordinarios instrumentos y medios para favorecer la concentración, la relajación y los estados meditativos, además del desarrollo de la creatividad, sumándose así estas posibilidades a las ya comentadas funciones místicas y de conexión con las dimensiones espirituales de la existencia, favorecedoras de la evolución psíquica, mental, emocional y espiritual, así como del desarrollo personal que ésta lleva consigo y proporciona.
Dado que una de las funciones de los mandalas es poner en contacto el interior con el exterior, lo inconsciente con la consciencia y el espíritu con la personalidad terrestre, otra aplicación de esta forma de arte es dibujar y colorear el mandala del alma de cada persona, así como también de su guía personal. Este trabajo lo realizo en estado de meditación, con la persona presente y con nuestro Registro Akáshico abierto. De este modo puedo conectar de un modo profundo con la energía esencial de la persona y representar, en el papel, su patrón energético dotado tanto de forma como de color. A través de ese mandala personal, que podrá utilizar como puerta de entrada a su mundo interior y como instrumento de conexión con lo que allí existe, la persona podrá conocerse más profundamente a medida que lo utiliza y, gracias a ello, también podrá modificar, sanar, restaurar, equilibrar… lo que sea necesario, tanto de sí misma como de su vida y de sus relaciones. También puede usar ese mandala como un foco de contemplación, concentración, meditación e inspiración. Cuando se trata del mandala correspondiente a la energía que actualmente guía a la persona, la información que se recibe está relacionada con aquellos aspectos o situaciones que han de ser modificados, resueltos, liberados o sanados. En ocasiones, el mandala canalizado va acompañado de un mantra, una afirmación, una palabra o un nombre específicamente significativo para la/el interesado, proporcionando importantes claves que, puestas después en marcha y acompañadas de las correspondientes nuevas acciones, facilitarán la consecución de sus objetivos y un estado de mayores vibración energética y consciencia.