dedicado a la evolución del alma

2020 - EL AÑO DE LA GRAN TRANSFORMACIÓN Y DE LA ENERGÍA FEMENINA

 

AVALON PSICOLOGÍA Y ESPIRITUALIDAD

Escuela para la Evolución del Alma

 

VESICA PISCIS TOURS

Viajes Sagrados y Conscientes

 

 

2020

EL AÑO DE LA GRAN TRANSFORMACIÓN Y DE LA ENERGÍA FEMENINA

 

                                                                  Dentro de unas horas, nos adentraremos en un nuevo año gregoriano, el número 21 del presente siglo, así que ya hemos vivido los primeros veinte de la presente centuria.

                                                                   Hemos vivido ya veinte años del siglo 21 y, causalmente, el año hacia el que vamos tiene dos números veinte en su cifra, de modo que el vigésimo primer año de este siglo será un año 20 – 20, además del primero de una nueva década, la tercera del siglo. Todos los años son importantes, ya que todos portan un determinado tipo de energía, que cuenta con 365 días (366 los bisiestos) para desplegarse, expresarse, manifestarse y desarrollarse, tanto individual como colectivamente. 2020 será bisiesto, por lo que nos encontramos ya con la primera diferencia respecto a otros años. Igualmente es el primero de una nueva década, así que esto también lo diferenciará de los anteriores.

                                                                  Todos los años, todas las vueltas a través del tiempo, traen algo nuevo en su energía y abren la puerta a distintas posibilidades que, en mayor o menor medida, se materializarán y expresarán a lo largo de sus días, personal y colectivamente. En 2019 hemos asistido a muchos finales, tanto en lo personal como en lo colectivo y lo social, y hemos tenido la oportunidad de dejar marchar todo aquello que ya no sirve a la evolución, todo aquello que ya cumplió su función y ha de ser trascendido, para pasar con una nueva actitud y estado al siguiente tramo evolutivo. A diferencia de otros años, en 2019 también hemos cerrado una década, en la que habremos de apoyarnos para construir la que se abre y comienza en 2020.

                                                                  Varias son las asociaciones energéticas que, teniendo como base la astrología, la cábala, la numerología y el tarot, aparecen en la cifra 2020. Cada una de ellas nos ofrece tanto una explicación como, sobre todo, una guía para manejarnos a lo largo y ancho del nuevo año que estamos a punto de comenzar. Al ser la vida un ciclo continuo, en el que realmente nada empieza ni termina sino que cambia de forma y de estado para continuar su evolución, todos los días son, simultáneamente, año viejo y año nuevo, fin y principio, muerte y resurrección. No obstante esto, desde muy antiguo, los seres humanos han establecido diferentes fechas para celebrar y tener en cuenta diferentes acontecimientos que se sucedían, y continúan sucediendo, a lo largo de su vida.

                                                                  Antes de que existieran los calendarios, que no son sino convenciones humanas para manejarnos en el tiempo cronológico, ese con el que nos relacionamos mientras permanecemos en el espacio terrestre, la vida giraba en torno a los acontecimientos estelares y terrestres. En los primeros nos encontramos con los ciclos del sol, la luna y las estrellas, especialmente relacionados con los solsticios y los equinoccios. En los segundos, íntimamente ligados a esos cuerpos estelares e inextricablemente influidos por ellos, aparecen los cambios que la Tierra experimenta en distintos momentos de su evolución: calor, frío, lluvia, sequía, crecimiento, muerte, regeneración…, siendo los momentos más señalados de esos cambios los que marcaban el final y el principio de un nuevo ciclo de vida, dando así origen a una cierta forma de organizar el tiempo y el espacio, conocida y vivida por tod@s de una manera natural,  y siempre en conexión con los sucesos terrestres y celestes. Para el pueblo celta, por ejemplo, la festividad de Shamhain, no sólo era el tiempo en que se rendía homenaje y reconocimiento a l@s antepasad@s sino que también, tal vez por su relación con la muerte, la gran transformadora y renovadora, se consideraba el primer día de un nuevo año.

                                                                  Veamos ahora qué tienen que decirnos esas cuatro ciencias mencionadas sobre el número 20, que influirá de manera doble en los acontecimientos humanos y terrenos durante todo el año que viene.

 

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NUMEROLOGÍA DE 2020

 

                                                                  El número 20 une dos cifras: 2 y 0. El 2 es la segunda cifra natural y está relacionada con la dualidad, la división del 1 en dos partes y, por lo tanto, con los pares de opuestos, esos que siempre es necesario integrar y trascender para mantenernos en la unidad y el equilibrio, o para recuperarlos y potenciarlos cuando ha sido debilitados, reducidos o incluso perdidos. La polaridad, una de las Leyes Universales, está presente en todo: el día y la noche, la luz y la oscuridad, el amor y el miedo, el yin y el yang, la izquierda y la derecha, la energía femenina y la energía masculina, etc. Si sabemos controlar nuestros impulsos, para no permanecer rígidamente posicionad@s en uno de los polos de cualquier dualidad, e integramos con inteligencia y sabiduría lo más elevado de ambos, aceptando que son una y la misma energía expresada de forma diferente, lograremos trascender esa dualidad, volver al centro y prepararnos para convertirnos en los seres andróginos que en esencia somos, realizando el trabajo alquímico que equilibra e iguala todas las polaridades y, especialmente, la femenina y la masculina. La fe, la inspiración y la conexión con lo superior, así como la intuición, la comunicación, el verbo creador y el saber ser un@ con el Todo, también está relacionado con el 2, que en el Tarot es el Arcano La Papisa o Suma Sacerdotisa, una energía que nos ayuda a permanecer en nuestro centro y confiar, mientras desplegamos nuestra acción en el mundo, creando nuestra realidad de forma amorosa, concentrada y pacífica, con plena consciencia de que también creamos la realidad más amplia que nos rodea.

                                                                  En cuanto al 0, está relacionado con el infinito, el todo, la matriz, la potencia pura sin forma, el huevo cósmico en el que toda la energía de vida está contenida, antes de comenzar a separarse y diferenciarse, hasta llegar a expresarse de múltiples modos y maneras. En el universo y las galaxias, hay una fuerza en medio que hace que todo se atraiga y orbite alrededor de un punto central. Esto sucede tanto en el macrocosmos como en el microcosmos. Esa fuerza equis que aún no tiene nombre ni forma es el cero: el comienzo de todo y donde todo está contenido, así como también El Loco, el Arcano del Tarot relacionado con el 0, que por eso carece de número. En el sistema solar en el que Tierra orbita, el sol: Ra, es esa fuerza que nutre y mantiene a todos sus hijos: los planetas, orbitando a su alrededor, asistido por la Luna, que refleja la luz solar. Cada planeta, en cualquier sistema solar, también tiene un núcleo central que mantiene unidas a todas sus criaturas. Así como es arriba, así es abajo.

                                                                  Cuando al 0 le ponemos un nombre, nos encontramos con eso que llamamos Divinidad y que representa la Fuente de la que todo mana. Así que cuando tenemos en cuenta la energía de esta cifra, y también la del Loco, confiamos en las leyes divinas y universales, que son infalibles, y nos preparamos para no forzar las cosas, esperar y dejar que Dios, por dentro y por fuera, haga su jugada, en vez de empujar al río para que fluya. Hágase tu voluntad y no la mía

                                                                  El potencial de estas dos cifras está contenido en el número 20, así que con él habremos de manejarnos el próximo año, y por partida doble.

                                                                  Por reducción mística, 2020 se convierte en 4, un número relacionado con la firmeza, el trabajo en la materia, la rutina, la disciplina, el conservadurismo, lo concreto, lo material, lo sólido, tanto en el plano físico como en el mental. Es la manifestación material, el producto de la generación del tres, que estuvo presente durante 2019. La paciencia, la confianza, la terminación de las tareas, la responsabilidad, la constancia, la perseverancia, el orden y la objetividad son otras cualidades importantes del 4. En su relación con la materia, está vinculado a los cuatro elementos, los cuatro puntos cardinales, las cuatro principales estaciones de la rueda del año y las cuatro funciones de la psique. El Arcano del Tarot que le corresponde es El Emperador, cuya energía es masculina, aunque nace de la energía femenina presente en el número 20. Esto significa que en el próximo año ambas esencias serán muy importantes y estarán muy presentes, tanto interna como externamente y tanto en lo individual como en lo colectivo, para que cada vez logremos una integración más profunda de ambas y, gracias a ello, un equilibrio mayor en nuestra forma de ser y hacer.

                                                                 

ARCANOS MAYORES DEL TAROT DE MARSELLA PARA 2020

 

                                                                  El número 20 y su Arcano Mayor correspondiente, El Juicio, nos acompañarán durante todo el siglo XXI, en el que se materializará la nueva era que se fue fraguando durante los siglos anteriores, y que tuvo su punto de inflexión el 21 de diciembre de 2012, último año de la época antigua y predecesor de 2013, el primero de la nueva.

                                                                  El Juicio es una energía relacionada con el nacimiento de una nueva conciencia, integrada por la unión en equilibrio de los principios femenino y masculino. Igualmente representa la emergencia de una nueva vida, que se presenta como un anhelo irresistible e ineludible, llamada y anunciada por la trompeta del ángel, el Arcángel Gabriel, el mensajero de la paz y del nuevo ser humano, además de un símbolo de la conciencia suprema a la que tod@s aspiramos. Este arcano también indica y refleja la evolución habida desde el paso por lo más profundo y sombrío del inconsciente, a veces con dolor y en soledad, hacia una nueva vida despierta, resucitando así a la realidad del espíritu, origen y esencia de todo cuanto existe. El Juicio es una llamada poderosa para que nos atrevamos a vivirnos en una nueva dimensión, en una dimensión más elevada y completa. El ángel de esta carta mira de frente, con una trompeta en la mano, simbolizando el anuncio de ese despertar mental, emocional, energético y espiritual al que tod@s estamos llamad@s, invitándonos al descubrimiento de nuestra verdad desnuda, a la vez brillante y bella, requisito imprescindible para la realización suprema de la conciencia, y para el ascenso a una vibración energética más elevada.

 

 

RUEDA ZODIACAL

 

                                                                            En la rueda astrológica, el 4 está relacionado con Cáncer, la Luna y la Casa IV.

                                                                  Cáncer está relacionado con los cimientos, los marcos de referencia internos, el hogar, la familia, las percepciones instintivas, la seguridad, los sentimientos de pertenencia, la protección, la tenacidad y la seguridad económica. Igualmente rige los procesos, el entrenamiento y la práctica, el condicionamiento de la primera infancia, el crecimiento y el fortalecimiento de los nuevos comienzos, la cercanía emocional, la afectividad, la empatía, la vulnerabilidad y la intimidad, los sentimientos, los cambios de humor, la sensibilidad hacia los sentimientos ajenos, la ternura y la percepción de las necesidades, propias y ajenas. Cuidarnos y apoyarnos a nosotr@s mism@s, dar y aceptar apoyo, las madres, las relaciones familiares estrechas, cuidar a l@s demás y ser cuidad@ por otra persona cuando es necesario, también tienen que ver con este signo zodiacal. Igualmente se relacionan con esta energía el exceso de autoprotección, el apego a l@s demás, los sentimientos de inseguridad y de posesión, los comportamientos excesivamente cautos, el temor al rechazo y la ausencia de objetivos definidos. Astrológicamente hablando, Cáncer cuenta con dos regencias. Una es consciente: la Luna y la otra inconsciente: el Sol.

                                                                  La Luna, regente natural de Cáncer y la Casa IV, rige y está relacionada con los sentimientos, la sensibilidad, las emociones, las facultades psíquicas y la canalización. Su energía actúa de forma sutil a través del inconsciente, es más suave que la solar, y por este motivo muchas personas la asimilan mejor que la del Sol. Sintoniza con el arquetipo de la madre que enseña con suavidad y dulzura, a la vez que protege, da calor e intenta suavizar el malestar. Como protectora de la infancia, la Luna es el cuerpo celeste que más influencia tiene en nuestra vida y nuestro ser durante esa época, hasta que paulatinamente vamos desarrollando las cualidades solares, una tarea para la que tenemos toda la vida por delante, y que estará siempre influida por la infancia y la adolescencia, aunque ya seamos seres adultos.

                                                                  La Luna tiene también que ver con la imaginación y la capacidad de crear y engendrar, ya que rige la fertilidad, tanto en el aspecto de dar nacimiento a seres humanos como a ideas, proyectos, objetivos, propósitos… La memoria y el pasado están igualmente relacionados con esta luminaria que, si bien es un satélite, su influencia es tan importante para la Tierra y los seres humanos que energéticamente se considera tan poderosa como el Sol, cuya luz refleja y usa para alumbrar el cielo nocturno, dentro y fuera de nuestra vida.

                                                                  La Luna es una manifestación cósmica y galáctica de la esencia femenina de la Divinidad Madre-Padre, al igual que el Sol lo es de la masculina. Ambas luminarias nos recuerdan las dos polaridades, presentes en todo cuanto existe, comenzando por la Fuente Solar y Lunar, y llegando a todo lo demás. Como es arriba, así es abajo.

                                                                  Al ser regentes de la familia, tanto Cáncer como la Luna también tienen que ver con el pueblo y el país en que cada un@ nace y vive, al igual que con la familia humana en su conjunto, como habitante de este gran hogar que el planeta Tierra es. Desde muy antiguo, es conocida la influencia de la Luna en la concepción, la gestación, el parto y el cuidado de l@s bebés, así como también en las mareas, los lagos, los ríos, los estanques y las aguas en general.

                                                                  En cuanto a la Casa IV, cuya cúspide es el Fondo de Cielo, tiene que ver con nuestros antecedentes familiares y nuestro origen. En ella nos paramos para asimilar lo aprendido en las tres casas que la preceden, ampliando la percepción de nosotr@s mism@s y expandiendo nuestra conciencia. Cuanto más nos liberamos de los recuerdos dolorosos del pasado, de las emociones que los acompañaron y de los temores que nos impiden seguir caminando hacia delante, más nos acercamos a lo que verdaderamente podemos llegar a ser, agradeciendo todas las experiencias vividas porque todas ellas, incluso las más desagradables, nos han enseñado algo, nos han hecho más fuertes, amoros@s y sabi@s, preparándonos así para un nuevo y mejor presente que nos augure un todavía más pleno futuro.

                                                                  Toda la transformación, desarrollo y asimilación logrados en lo que a esta casa se refiere, y también respecto a la Luna y Cáncer, nos va proporcionando, a lo largo de toda la vida, el sentido de un yo aquí dentro, a la vez que otorga a nuestros pensamientos, sentimientos, percepciones y acciones una unidad interior. Gracias a la Casa IV, conservamos la estabilidad de nuestras particulares características como personas individuales, requisito imprescindible para transformarnos y cambiar lo que sea necesario. Este sector zodiacal es el centro interior al que nuestro yo regresa para descansar, antes de salir de nuevo a la actividad exterior. Es la base de operaciones desde la que salimos al encuentro con el mundo, siendo éste uno de los motivos por los que está asociada con el hogar, el alma y las raíces del ser, describiendo cómo somos en la profundidad de nuestro interior, sobre todo en lo relativo a los sentimientos y las emociones.  Ahí está la profundidad de nuestra procedencia y de lo que nuestro ser esencial es, nuestra herencia biológica, emocional, psicológica y espiritual, en la que están incluidas muchas de las cualidades y fortalezas que portamos, así como también muchas de las debilidades a superar. Todo lo que tiene que ver con la cuarta casa se remonta a los aspectos de la evolución y la historia del grupo, el país y la familia a los que pertenecemos, y que residen en nuestro interior. Los cimientos que levantamos y el suelo sobre el que nos sostenemos tienen que ver con esta casa, y en ella encontraremos siempre la sujeción y el apoyo necesario para elevar esos cimientos por encima del suelo, haciéndolos cada vez más fuertes y seguros gracias a la superación, asimilación, integración, estabilización  y transformación personal del pasado que, al fin y al cabo, fue una manifestación de nosotr@s mism@s,  sintiendo y actuando con el conocimiento, la experiencia, la sabiduría y el grado de conciencia que teníamos entonces.

                                                                 

 

 

 

ÁRBOL CABALÍSTICO DE LA VIDA

 

                                                                  En el Árbol Cabalístico de la Vida, los veintidós senderos que unen las diez esferas de las que consta, pueden agruparse en familias. El sendero 20, relacionado con el Arcano XX El Juicio, forma familia con el 11 y con el 2. Tanto el Arcano XI La Fuerza como el Arcano II La Suma Sacerdotisa, representan a una mujer, de manera que de nuevo nos encontramos con la energía femenina. Vuelvo a decir lo de siempre, tanto para las mujeres como para los hombres. Y como 2020 tiene dos veintes, esas energías estarán duplicadas y potenciadas.

                                                                  Hod y Maljút son las esferas que une el sendero 20. La primera de ellas tiene que ver con el intelecto y la segunda con la materialización. Maljút es el Reino terrestre, la esfera de los elementos en la que toma cuerpo y forma todo cuanto se gesta en las esferas anteriores a ellas, que es la décima y última, y está justo opuesta a Kether, que es la primera y de la que todas las demás nacen y se ramifican. En el ámbito cabalístico solemos decir que Maljút es la expresión terrestre de Kether, mientras ésta es la expresión sutil y energética de Maljút, antes de recorrer todos los senderos y esferas, antes de llegar al Reino de la humanidad y la materia.

                                                                  De modo que todo lo relacionado con el sendero 20 y sus múltiples asociaciones, muchísimas más que las mencionadas aquí, tendrá una influencia especial y señalada durante todo 2020, y por partida doble.

                                                                 

COSMOLOGÍA MAYA

 

                                                                  El Anillo Maya del Mago Magnético Blanco, que comenzó el 26 de julio de 2019, estará presente hasta el 24 de julio de 2020. El 25 de julio de 2020 será, como cada año, el Día Fuera del Tiempo y el 26 de ese mismo mes comenzará un Nuevo Anillo Maya: El Anillo de la Tormenta Lunar Azul,  cuya energía nos acompañará hasta el 24 de julio de 2021, potenciando la energía femenina que el código numérico 20 lleva consigo.

                                                                  Para la Cosmología Maya, el tono dos es el Principio Lunar de Polaridad. Es el tono que identifica el desafío, el desequilibrio y la disfunción, descubriendo también los obstáculos que surgen en la dirección hacia una meta, objetivo o propósito.  Iguala la diferencia, admite la diversidad y equilibra la polaridad. Todo cuanto existe tiene, como mínimo, dos aspectos, dos polos, dos posibilidades diferentes en forma y manifestación, aunque similares en energía. En primer lugar, este tono polariza, para que puedan conocerse lo más ampliamente posible todas las cualidades, potencialidades, ventajas, inconvenientes…, de cada uno de los polos para, después, encontrar el equilibrio entre ellos y pasar a un tercer polo que integre lo más elevado de cada uno de los opuestos, convirtiéndolos así en aliados y complementarios. 

                                                                  En el momento en que nos encontramos, y debido al exceso de polaridad masculina que lleva dirigiendo la vida humana y terrestre desde hace más de dos mil años, cuando la esencia femenina de la Divinidad y de la vida fueron retiradas de la existencia y, como consecuencia, las mujeres comenzaron a perder los derechos que hasta entonces habían tenido, es imprescindible un fortalecimiento de la polaridad femenina, tanto en las mujeres como en los hombres, para encarar y solucionar todas y cada una de las oportunidades actualmente presentes en el planeta, que sólo podrán ser resueltas a través del AMOR, la única energía capaz de sanar y transformar todo cuanto toca. Una energía especialmente afín al polo femenino de la energía y de la vida y con el que, de manera natural, las mujeres suelen estar más sintonizadas que los hombres, lo que no significa que el amor sea exclusivo de las mujeres, porque no lo es. Todas y todos lo llevamos dentro. Es más, es uno de los componentes de nuestra esencia, y el hilo dorado y luminoso con el que se teje nuestro ADN. Como escribí antes la Luna es, cósmicamente, la pareja del Sol, su compañera e igual en el cielo, así como en la Tierra las mujeres somos compañeras e iguales de los hombres, y ellos lo son nuestros. No es éste el momento ni el lugar para hablar de lo que significa la igualdad entre mujeres y hombres, pero desde luego nada tiene que ver con que todas y todos seamos, ni vayamos a ser, exactamente iguales en todo. Si hay algo que diferencia a la vida en todas partes es la idiosincrasia y unicidad de todo cuanto existe, lo que no excluye que tod@s tengamos igualdad de oportunidades, derechos y responsabilidades.

                                                                  Al 1 de enero de 2020, Kin 173, le corresponde la firma galáctica Ben Kan: Caminante del Cielo Autoexistente Rojo, que está dentro de la Onda Encantada del Perro Blanco. El Oráculo de la Quinta Fuerza para ese día es éste: Sello Destino: Ben: Caminante del Cielo. Sello Análogo: Cimi: Enlazador de Mundos. Sello Oculto: Lamat: Estrella Amarilla. Sello Antípoda: Akbal: Noche Azul. Sello Guía: Muluk: Luna Roja. Este primer día del año es un Día Portal de Activación Galáctica, que tiene a Berkano, la runa de la fertilidad, como energía asociada. Dicha fecha del calendario gregoriano está dentro de la Luna Rítmica del Lagarto y es el día número 20 de la semana azul, una de las cuatro heptadas en que se divide cada luna/mes maya.

 

                                                                 

 

TRÁNSITOS PLANETARIOS DEL 1 DE ENERO DE 2020 A LAS 00:00 HORAS

                                                                  Los planetas, como cuerpos energéticos y vivos que son, están en continuo movimiento y recorriendo los diferentes signos y casas de la Rueda Zodiacal. Unos se mueven de forma más rápida y otros más lenta. A veces retrogradan y a veces permanecen estacionarios pero, aun en estos períodos de estacionamiento, su esencia siempre está en continua evolución y transmutación, como sucede con todo cuanto tiene vida, en el plano de la Tierra y en todos los demás. Como es arriba, así es abajo. Esos movimientos planetarios se llaman tránsitos en lenguaje astrológico.

                                                                  Pues bien, los tránsitos planetarios para el miércoles 1 de enero de 2020, a las 00:00 horas (horario peninsular español), son los siguientes:

 

  1.        Sol en Capricornio, conjunto a Mercurio, Júpiter y Nodo Sur
  2.        Saturno y Plutón conjuntos en Capricornio
  3.        Venus en Acuario
  4.        Luna y Neptuno conjuntos en Piscis
  5.        Lilith en Piscis
  6.        Quirón en Piscis
  7.        Urano retrógrado en Tauro
  8.        Medio Cielo en Géminis
  9.        Nodo Norte en Cáncer
  10.         Ascendente en Virgo
  11.        Marte en Escorpio

 

DÍA DE LA SEMANA PARA EL 1-1-2020  

 

                                                                  2020 nacerá en miércoles, el día de la semana regido por el Arcángel Gabriel y su divino complemento Esperanza. Como vimos antes, el Arcano XX El Juicio está también relacionado con ese Mensajero de la Buena Nueva que es Gabriel, uno de los más importantes mensajeros celestes y uno de los cuatro arcángeles más conocidos por tod@s. El miércoles recibe su nombre del planeta Mercurio, otro mensajero y puente de conexión entre el Cielo y la Tierra. Para much@s, entre quienes yo misma me encuentro, Mercurio/Hermes es el dios griego relacionado con el egipcio Thot, ambos relacionados con la maestría, la sanación y la curación, así como también con la magia y su hermana mayor: la alquimia. Así como Gabriel puede viajar del cielo a la tierra para comunicar sus mensajes a los seres humanos vivos y despiertos, Hermes/Mercurio y Thot también pueden adentrarse en el inframundo y comunicarse con quienes ya han dejado la vida terrestre, o con quienes, aun estando en ella, permanecen dormid@s y, en consecuencia, actúan como muert@s vivientes y no como verdader@s seres viv@s.

                                                                  A cada día de la semana también le corresponde un rayo de luz, una llama de fuego cósmico, y la que rige los miércoles es la blanca. El rayo blanco, como el color derivado de él, es el que contiene, en perfecta proporción y unidad, todos los colores y matices del arco de luz, que irradian a partir de él en las distintas tonalidades que conocemos. Este rayo está asociado con la pureza, la integridad, la protección, la purificación, la resurrección, la ascensión y la conciencia de Cristo-Magdalena, ofreciendo también la posibilidad de reconectar y manifestar la divinidad interior que anida en nuestro ser a través de la conciencia de la Madre Divina, por lo que volvemos a encontrarnos con la energía femenina divina, que será tan notoriamente potente y presente a lo largo de todo el 2020, durante el cual las puertas hacia la integración de los aspectos femenino y masculino serán más abiertas de lo que lo han sido hasta ahora.

                                                                  Las comunidades esenias del Monte Carmelo y de Qumrán, antes de que muchos de sus miembros se radicalizaran y volvieran extremistas, tenían una trinidad para cada día de la semana, con la que conectaban y realizaban sus tareas cotidianas, incluidas la contemplación y la meditación. Esa trinidad estaba formada por una comunión matutina, la contemplación de uno de los siete aspectos esenios de la paz y una comunión vespertina. En cuanto al miércoles, éstas eran las tres energías que tenían presentes y en cuenta:

 

  1.        Comunión (común-unión) matutina con el Ángel del Sol, relacionado con la aurora y la fuerza vital
  2.         Contemplación de medio día: Paz con la familia: cuerpo sintiente
  3.      Comunión vespertina: Ángel del Amor, relacionado con los sentimientos elevados, las emociones y el Océano Cósmico de Amor

 

                                                                  Todas y cada una de estas energías nos acompañarán a lo largo y ancho de todo el año 2020, estarán presentes y en potencia desde las cero horas del 1 de enero hasta las veinticuatro horas del 31 de diciembre. Sin embargo, será cosa nuestra manifestarlas, hacerlas realidad y desarrollarlas, en el ámbito de la humanidad y la materia, tanto individual como colectivamente. Confiando en que así sea,

 

                                                                     

¡¡¡LEVANTO AQUÍ Y AHORA MI COPA, AGRADECIENDO LAS 366 OPORTUNIDADES QUE EN 2020 NOS DAREMOS, PARA FORTALECER LA LUZ, EL AMOR, LA SABIDURÍA Y LA PAZ DENTRO Y FUERA DE NUESTROS CORAZONES, HACIENDO DE LA TIERRA UN HERMOSO Y SANO HOGAR EN EL QUE VIVIR, MIENTRAS EXPRESAMOS LO QUE REALMENTE SOMOS: RUTILANTES ESTRELLAS ETERNAS, TEMPORALMENTE VESTIDAS DE SERES HUMANOS!!!

¡DANA-HO! ¡AHAVÁ! ¡NAMASTÉ!

 

 

María Sánchez-Villacañas de Toro

Psicóloga Colegiada M-02604

 

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© Texto e imágenes: María Sánchez-Villacañas de Toro (30-12-2019). Todos los derechos reservados.