LITHA 2023: SOLSTICIO DE VERANO

LA SAGRADA RUEDA DEL AÑO DE LA DAMA DE AVALON Y LAS 9 MORGENS

                                                                  La Sagrada Rueda del Año de la Dama de Avalon y las Morgens, está dividida en ocho festividades solares, todas ellas relacionadas con el flujo natural de las estaciones y los acontecimientos astronómicos relacionados con ellas. Como es arriba, así es abajo. Como es abajo, así es arriba. Estas celebraciones suelen describirse como los ocho rayos de esa rueda, una imagen muy útil para recordarnos el continuo suceder de la vida, el ciclo sin principio ni final que ésta es.

                                                                  Aunque celebremos cada doce meses la marcha de un año y la llegada del siguiente, en realidad, el año ni empieza ni acaba, como la energía, aunque diferentes tradiciones culturales han determinado uno o dos días para llamarlos Año Nuevo. Sin embargo, como el ciclo de la rueda anual tiene más en cuenta los ritmos de la naturaleza que las fechas del calendario, los comienzos y los finales de cada año se consideran parte de las festividades estacionales, y también están vinculados entre sí.

                                                                  Esas festividades, los Ocho Días Sagrados de la Rueda del Año de Nolava y las Morgens, son una mezcla de acontecimientos solares: solsticios y equinoccios, y festividades del fuego originarias de las culturas celta, británica y nórdica que, si nos vamos más atrás en el tiempo, veremos que se remontan a épocas y humanidades aún más antiguas, como la lemuriana, la atlante, la hiperbórea y la polar. Las cuatro festividades solares tienen lugar durante el día que marca el acontecimiento astronómico de que se trate: Yule, el día más breve o solsticio de invierno, generalmente el 20 o 21 de diciembre; Litha, el día más largo o solsticio de verano: el 20 o 21 de junio; Oestre, el equinoccio vernal, el 20 o 21 de marzo y Mabon, el equinoccio de otoño, el 20 o 21 de septiembre. Y entre estas celebraciones solares, se intercalan otras cuatro festividades del fuego, así llamadas por la costumbre de encender hogueras en esas fechas. Todas ellas suceden a la mitad del equinoccio o solsticio que las precede, y así tenemos que Imbolc se celebra a comienzos de febrero, cuando aparecen los primeros copos de nieve; Beltaine, o Día de Mayo, tiene lugar el 1 de mayo, o cuando aparece la Flor de Mayo; Lammas/Teltane/Lughnasadh, llega a comienzos de agosto, con la cosecha de granos y Samhain, la fiesta de l@s ancestr@s, se festeja entre el último día octubre y el primero de noviembre que, para los pueblos celtas y británicos de la antigüedad marcaba el final de un año y el comienzo de otro.

                                                                  En cada una de estas festividades, podemos encontrarnos con una manifestación de la Dama de Avalon y con una de las Morgens, puesto que ellas son especialmente honradas y celebradas en esas fechas.

LITHA 2022: SOLSTICIO DE VERANO

                                                                  Los solsticios son las épocas del año en que la duración de los días y las noches es diferente. Los días comienzan a alargarse a partir del solsticio de verano y las noches a partir del de invierno.  Los solsticios son acontecimientos astronómicos y, cada uno de ellos va precedido por un equinoccio, un período de tiempo durante el cual la duración de la luz y la oscuridad están igualadas. El solsticio de verano sigue al equinoccio de primavera, el período del año en que la luz del día empieza a crecer y preponderar sobre la oscuridad de la noche, preparándonos para la llegada del calor estival, momento del año en el que habitualmente hacemos un descanso de las actividades cotidianas, sintiendo también el impulso de viajar, disfrutar de la naturaleza y hacer cosas diferentes al resto del año, gracias a la larga duración de los días, y a la luz que reina a nuestro alrededor durante una gran parte de la jornada.

                                                                  Litha, el Solsticio de Verano, celebra el triunfo de la luz del día sobre la oscuridad de la noche. La llegada del día más largo del año es celebrada en algunas zonas de Gran Bretaña dentro de los círculos de piedra, las laderas montañosas o cualquier otro lugar sagrado y significativo, como Stonehenge, Avebury, Salisbury o Glastonbury, manifestación física y terrestre de la Isla de Avalon. Muchas personas pasan la noche al aire libre en alguna de esas zonas, para presenciar juntas la salida del sol. En Iberia peninsular se celebran las hogueras de San Juan, en toda la zona mediterránea, además de otras celebraciones parecidas en otros lugares de la península, en las que se da la bienvenida a esta calurosa y luminosa estación de la rueda anual, encendiendo hogueras y echando en ellas todo cuanto se quiera dejar marchar.                                                  

                                                                  Litha es un momento idóneo para conectar con el poder, la fuerza y la inteligencia del sol triunfante y victorioso. Esta época del año, gracias a la duración más larga de los días, es también muy buena para salir, conocer gente nueva, viajar y visitar otras ciudades o países, y aprender cosas nuevas sobre el mundo, que favorecerán un mejor autoconocimiento. Es una ocasión perfecta para las acampadas al aire libre y para alejarnos de las luces artificiales de la ciudad, permitiéndonos todo ello apreciar la belleza del cielo nocturno plagado de estrellas, un espectáculo que en las ciudades pocas veces se puede disfrutar. Gracias al clima más benevolente durante esta época del año, podemos también viajar por mar y otras grandes extensiones de agua, armonizando con sus energías, que son el origen de toda la vida, y favoreciendo también así el contacto con nuestras emociones y sentimientos, directamente ligados al elemento agua.

                                                                  Las tradiciones y celebraciones que coinciden con Litha, y el resto de festividades solares, son muy antiguas. Es bastante probable que provengan del neolítico y también que sean anteriores. Lo importante es recordar el estrecho contacto y el gran respeto que existía hacia la Madre Tierra y todo cuanto sucedía en ella. Según una creencia de aquel tiempo, las plantas que florecían o germinaban durante el solsticio de verano, tenían más poderes curativos que las de otros momentos del año, así que muchas de ellas eran recolectadas durante la noche de ese día. En años posteriores, las chamanas y los chamanes de los clanes humanos, aprovechaban el solsticio veraniego para remarcar y recordar una fecha infundida con una gran energía sagrada, mágica y alquímica.

                                                                  Prácticamente, todas las celebraciones ancestrales fueron adaptadas a su conveniencia por la iglesia católica apostólica y romana, un sistema político y de ejercicio del poder sobre el pueblo, para manipularlo y mantenerlo en la esclavitud de la ignorancia, seguramente la forma más potente y eficaz de manipulación. El catolicismo (casi todos los ismos son perjudiciales y terminan convertidos en dogmas), nada tenía de religioso y menos aún de espiritual. No siempre sucedió esto con las religiones, uno de cuyos propósitos originales era mantener vivos y potentes el recuerdo de nuestro origen divino y cósmico, junto con los medios necesarios para conservar y potenciar la conexión con esa procedencia. Felizmente, esas costumbres ancestrales no se perdieron por completo, y hace ya tiempo que empezaron a recuperarse y recordarse de nuevo. También cada vez más gente y de forma más profunda, en gran medida gracias a la tecnología, está accediendo a una información que estuvo oculta durante mucho tiempo y accesible sólo para un@s poc@s. En este momento, cualquiera puede ilustrarse, aprender, recordar, transformarse, actualizarse… y, gracias a ello, diseñar y crear una vida más acorde con su esencia y sus objetivos para esta encarnación.

                                                                  En esos cambios que la iglesia católica realizó, hizo coincidir el solsticio de verano con la natividad de Juan el Bautista, precursor de Ieshua, supuestamente nacido justo seis meses después que él, durante el solsticio de invierno, al menos simbólicamente hablando, ya que todavía no está claro cuándo uno y otro nacieron a la vida física, ni el modo en que lo hicieron. Con independencia de la veracidad de las fechas para el nacimiento de Juan y de Ieshua, claramente vemos la alternancia entre la máxima luz: solsticio de verano, y la máxima oscuridad: solsticio de invierno, en ambos momentos de la rueda del año, al igual que el recorrido que el sol hace por ella, aumentando y disminuyendo su luz y su calor, como igualmente sucede a lo largo de cada día en el que, por el movimiento de la Tierra en relación con él, ¿o será el Sol el que se mueve alrededor de la Tierra?, le vemos aparecer y desaparecer en el horizonte, brillando entre medias de esos dos momentos. Existen abundantes muestras de la celebración de Litha y del día de Juan el Bautista en Irlanda, Escocia, País de Gales y Gran Bretaña, Letonia, Lituania, los Países Bajos, Iberia y algunas zonas fuera de Europa, como Canadá, Estados Unidos e incluso Argentina, Brasil y Paraguay en el hemisferio sur, donde esta celebración coincide con el solsticio de invierno.

                                                                  Litha 2023, junto con Nolava de Agua y la Morgen Gliten, llegará al hemisferio norte el miércoles 21 de junio, a las 14:58 horas (U.T.C.),  sincronizando con los cero grados de Cáncer. El domingo 18 de junio, a las 04:37 horas (U.T.C.), será el Novilunio de Géminis, a 26º 43’ (grados y minutos) de dicho signo.

                                                                  La nomenclatura de los puntos cardinales y los hemisferios, ya no encaja en mi manera de contemplar la Tierra, lo mismo que sobre la forma que nos dijeron que tiene. Los uso sólo como referencia. Por si te sirve, hace ya tiempo que, en vez de decir norte, sur, etc., lo que digo es delante, detrás, izquierda, derecha, arriba, abajo y centro. Como es lógico, en cuanto me traslado a otro lugar del planeta, esas posiciones cambian. Hay ya muchas investigaciones que ponen de manifiesto que eso que llamamos polos son, en verdad, masas de hielo que impiden acceder a otras zonas aún desconocidas de este planeta y que, a medida que esos hielos se deshagan, podrán ser exploradas. La propaganda sobre el cambio climático está en realidad encaminada a que eso no suceda, para que sigamos sin saber qué más hay en Gea. Desde luego que hemos de cuidar este hogar terrestre, en el que la Diosa nos recibe cada vez que encarnamos aquí, dándonos un vestido con el que cubrir nuestra alma, y múltiples recursos para que ésta pueda realizar sus tareas, algo completamente distinto a lo que nos contaron y que, además, está lleno de contradicciones. Por un lado se habla de la necesidad de reciclar, reutilizar, reducir… Y por otro, muchas de las cosas que se venden en los comercios llevan envoltorios completamente innecesarios.

                                                                  Allí donde en nuestro mapa astral de nacimiento, estén los cero grados de Cáncer y, por consiguiente, el momento del solsticio de verano, habrá una gran influencia energética de este evento y, por tanto, será un punto al que tendremos que prestar una atención especial, ya que será ahí donde la energía de esta estación habrá de desplegarse y desarrollarse, siempre y cuando hagamos los cambios oportunos, puesto que las fuerzas astrales sólo irradian sus frecuencias, nunca determinan el hacer humano. Es posible que los grados de Litha coincidan con la posición de un planeta, un nodo, un asteroide…, y es posible que no, dependiendo de cada mapa. Ahora bien, como somos y portamos la totalidad de la carta: los doce signos zodiacales, las doce casas, todos los planetas y cuerpos celestes más las relaciones que existen entre ellos, si no hubiera una energía concreta en esos cero grados de Cáncer, este signo estará presidiendo uno de los doce linajes de la rueda astrológica, siendo ahí donde tendrá su influencia y no sólo durante el día del solsticio, sino en los seis meses siguientes, hasta la llegada de Yule, el solsticio de invierno, justo en el lado opuesto de la rueda del año y del signo de Cáncer, porque todo va en ejes y polaridades, ya que estamos en un ámbito trino, en el que hemos de vivir y experimentar los polos opuestos, antes de llegar al tercer polo que, además de trascenderlos, los integra y los devuelve a la unidad, porque eso es precisamente una trinidad, en cualquier ámbito que escojamos: una unidad que se dividió en dos polaridades para conocerse a sí misma y manifestarse de dos maneras diferentes, regresando después a la unidad, en un estado de autoconocimiento y vibración superior.

¡¡¡FELIZ Y LUMINOSO LITHA 2023 !!!

María Ávalon 

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